Observa en tus talentos y en tus aficiones y gustos, pregúntate y respóndete:
¿Desarrollas lo mejor que tienes dentro?
¿Te propones ejercitar y mejorar el modo para comunicar lo que necesitas expresar?
¿Cuál es la forma más tuya de decirlo?
¿La trabajas alguna vez? ¿Por qué sí o por qué no?
Quizá, si lo haces, no sólo tú empieces a ser más feliz... Tal vez hagas más felices a los que te contemplen siendo ese reflejo de lo que guardabas o escondías. Tal vez los otros se animen a mirarse a sí mismos, y a sacar lo mejor que tienen dentro que , quién sabe por qué razones, nunca lo habrían hecho.
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